LIBERTAD DE SER. LIBERTAD DE DEJAR SER.

Permitir que los demás vivan sus experiencias y saquen su propio aprendizaje y conclusiones es respetar profundamente la perfección de la existencia humana.

Cada uno de nosotros tenemos enfoques y conclusiones particulares y de ahí definimos lo que es bueno y no tan bueno para nosotros mismos. Cada uno de nosotros definimos nuestra propia ética. En ocasiones nuestra ética puede coincidir con la de alguien más y otra veces nos encontraremos con personas con ética diferente y es aquí donde la Naturaleza hace gala de su diversidad y nos muestra la oportunidad de aprender de otros y de nosotros mismos, es aquí donde encontramos la oportunidad de deleitarnos CON LA LIBERTAD DE SER Y CON LA LIBERTAD DE DEJAR SER.

El sentirse obligado o con la necesidad de corregir o de prevenir a los demás, solo genera pensamientos y conductas negativas en la otra persona. Definitivamente puede que nuestras intenciones al querer prevenirlo u orientarlo sean buenas, sin embargo nuestra intervención puede ser una invasión a la individualidad y a la experiencia del otro.

Todas las experiencias humanas, todas las manifestaciones de vida, de ideas, conceptos y conclusiones, son enriquecedoras para todos, no importa que tan disparatadas sean o que tan incorrectas o inadecuadas sean, todas y cada una de esas vivencias son parte del equilibrio de la Naturaleza humana.

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